LA NAVIDAD EN NUESTRA CIUDAD EN LA DÉCADA DE LOS 60

Año con año, un tema obligado de periódicos y medios de comunicación han sido las fiestas decembrinas: artículos, reportajes, crónicas y fotografías de periódicos, noticieros y revistas se ocupan de estos temas de tradiciones, costumbres, historias y, recurrentemente, de los cambios que ha vivido la Ciudad de México.

En esta exposición mostramos algunas fotografías de El Heraldo de México que dan fe de cómo la Ciudad de México se transformaba en las temporadas navideñas de la década de los sesenta.

El archivo fotográfico de El Heraldo de México fue donado a la Universidad Iberoamericana en 2018. Desde entonces se han dado a conocer algunas temáticas como el movimiento estudiantil del 68, las Olimpiadas, el mundial de futbol México 70, entre otras. Sin embargo, la riqueza temática del archivo fotográfico de un periódico es casi inagotable.

En esta ocasión damos a conocer una selección de este archivo en torno a las fiestas navideñas en la década de los sesenta en la Ciudad de México.

Procedencia de las fotografías: Archivo fotográfico El Heraldo de México Gutiérrez Vivo Balderas. Material sin datos del lugar.

LA ILUMINACIÓN

 

Como cada año, el Departamento del Distrito Federal iluminó con luces y figuras de colores las principales arterias del centro de la Ciudad de México. Pastores, belenes, reyes magos, piñatas y arbolitos iluminados nos dan, año con año, esta maravillosa imagen de la Ciudad que alegra las justas navideñas de propios y extraños. Ríos de luces de colores son ya parte inseparable de las fiestas decembrinas.

ADORNOS NAVIDEÑOS

 

Las calles, los edificios y las casas se adornan con un sinfín de elementos navideños como

piñatas, esferas, estrellas y muchos más, de acuerdo a la imaginación de sus propietarios.

AMBIENTE NAVIDEÑO EN EL COMERCIO, MERCADOS Y CALLES

 

En la década de los cincuenta, y, con más fuerza desde los años sesenta y hasta nuestros días, la Ciudad de México se transforma por las fiestas decembrinas creando una atmósfera festiva y cálida, a veces mística y siempre vertiginosa.

Calles y tiendas, así como la Alameda Central y sus alrededores se ven abarrotadas de compradores que buscan lo necesario para la Posada y el Nacimiento, para llenar la piñata y preparar la cena, para esperar la visita del Niño Dios o de Santa Claus y, días después, de los Reyes Magos.

Los comerciantes se esmeran en lucir sus productos para atraer a la gente a su interior y, en época de Navidad, los aparadores cambian sus productos habituales por piñatas, pesebres, esferas coloridas, estrellas pequeñas y grandes, pinos gordos y flacos, adornos con mil figuras, colaciones rompemuelas, dulces nacionales e importados y frutos de la estación.

ÁRBOLES NAVIDEÑOS

 

Para beneficio de los ciudadanos, en la década de los sesenta se permitió la libre importación de árboles de Navidad, tanto naturales como artificiales; así, los puestos de árboles naturales (preparados para durar noventa días) y los de los árboles artificiales (que se guardaban después de Reyes) llenaron plazas, tiendas, mercados y calles de la Ciudad. Entonces, se podía ver a las familias ir a escoger el arbolito natural, lo que se iba a convertir en una de las costumbres de la época.

Esferas, heno, musgo, estrellas, pelo de ángel, series de foquitos y guirnaldas eran los adornos típicos de los árboles de Navidad en los años sesenta. Al pie del árbol no podía faltar el Nacimiento con sus pesebres, pastores, lagos y ríos, con ovejas y otros animalitos y cuanto personaje se deseara. Cada Nacimiento era tan rico y complicado como la creatividad de sus propietarios; para muchas familias, poner el Nacimiento era, en aquellos años, más importante que poner el árbol de Navidad.

NACIMIENTOS O BELEN

 

Desde la llegada de los franciscanos a la Nueva España y hasta nuestros días, no hay Navidad sin el tradicional nacimiento que, con figuras de barro o madera, de cera o cualquier material, se representa el nacimiento de Jesús.

POSADAS

 

Las posadas en México datan de 1587, en el convento de Acolman. “Pedir posada” es la escenificación del dramático rechazo de Belén a la humilde pareja de José y María. Las posadas son motivo de fiesta, baile y salud porque representan el nacimiento del niño Jesús.

EL PONCHE: En México se tomó del inglés el punch (bebida compuesta de licores, agua, limón y azúcar) y se le nombró ponche. Para hacer nuestro ponche se le agregó frutas como guayaba, pasas, manzanas, tejocotes, tamarindo junto con canela y jamaica creando una tradicional bebida de las fiestas decembrinas.

Con frutos mexicanos y frutos del mundo, año con año, el olor y el sabor del ponche es parte esencial de posadas y festejos navideños.

LA PIÑATA: El sinónimo de piñata es olla. Olla de barro adornada con papeles de colores y con diversos diseños (las originales tenían forma de estrella).

Su origen se remonta al siglo XVII en Italia; en México, la piñata se unió a las posadas al parecer en el siglo XVIII. Parte importante y tradicional de las posadas mexicanas es romper la piñata y recoger los dulces y frutos que caen de ella.

SANTA CLAUS Y LOS REYES MAGOS

 

Ya sea Santa Claus, San Nicolás, el Niño Dios o los Reyes Magos, según sea el lugar de origen y costumbres de los niños y sus papás, estos mágicos personajes hacen la mañana de Navidad y la mañana de Reyes días inolvidables para los niños que, sin pereza alguna, madrugan y corren hacia el árbol para descubrir, admirar, abrir y disfrutar los regalos que «les amanecieron».

NIÑOS Y JUGUTES

 

La Noche Buena y Reyes son las fiestas más esperadas por los niños; la noche se hace larga, como ninguna otra, debido a la incertidumbre de los niños por saber si les llegarán sus regalos al amanecer.

CREDITOS:

Curaduría:

Teresa Matabuena Peláez y María Guadalupe Ayala Banuet

Plataforma de exposiciones virtuales:

Gerardo Morales / Eduardo Cortés

 

Fotógrafos autores de las imágenes expuestas

A. Esparza
Alberto Esquivel González
Colección particular
Contreras
Cuautle
Editorial Atisbos
Enrique Sánchez Olmos
Espinosa
F. Robles
F. Robles Muñoz
Ismael Casasola
J. Salomón Herrera R.
León Barrios
Navarro C.
Padilla
R. Castillo

 

REFERENCIAS HEMEROGRÁFICAS

Archivo Temático Hemerográfico, área de Acervos Históricos de la Biblioteca Francisco Xavier Clavigero de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

Excélsior. 14 de diciembre de 1986.

Laviada, Íñigo. (26 de diciembre de 1962). «Navidad, paz, amor y buena voluntad». Revista Siempre, no. 496, p. 18.

—.(4 de enero de 1967). «Perdimos hasta la manera de andar». Revista Siempre, no. 706, pp. 19-20.

Loret de Mola, Carlos. (3 de enero de 1962). «Bélica Navidad». Revista Siempre, no. 445, p. 15.

«Orígenes y tradiciones». IMAGEN, vol. 2, no.12, noviembre de 1985.

Vila, Vicente. (2 de enero de 1963). «Ni modo: el cine cree en Santa Claus«. Revista Siempre, no. 497, pp 46-47.

—.  (9 de diciembre de 1964). «Navideñas». Revista Siempre no. 601, p. 55.

—.  (3 de enero de 1968). «Luces de Navidad en México». Revista Siempre, no. 758, pp. 53-54.

—.  (31 de diciembre de 1969). «La caravana de la alegría: el Monte de Piedad repartió juguetes y alimentos a los pobres». Revista Siempre, no. 862, p. 64.

—.  (6 de enero de 1960). «Los arbolitos, la Navidad y Dios revivió». Revista Siempre, no. 341, p. 54.

—.  (28 de diciembre de 1960). «Con fiestas navideñas…». Revista Siempre, no. 392, p. 9.

—.  (4 de enero de 1961). «Luces de Navidad: México mágico y fantástico». Revista Siempre, no. 393.

Villa, María Concepción. (6 de enero de 1965). «Nadie es indiferente… Fiesta de Navidad». Revista Siempre, no. 602, p. 61.

—.  (27 de diciembre de 1961) «Gloria a dios en las alturas y en la paz en la tierra a los hombres de buena voluntad». Revista Siempre, no. 444.